Nuevo Noticia
Bien sea en el instante en que se producen o después de recibir la atención médica, este tipo de lesiones requieren de protocolos especiales para evitar complicaciones y favorecer la recuperación.


El cuidado de las lesiones que provocan heridas abiertas o expuestas se divide en dos momentos: durante el evento que las ha generado o después de que el paciente recibe la asistencia médica.
Diana María Bohórquez, enfermera de la Clínica Medellín, ofrece las siguientes recomendaciones para darles el manejo adecuado, favorecer la recuperación y evitar complicaciones.

1. Antes de acudir a la atención médica

En caso de que sea necesario atender la herida en el instante en que esta se produce, lo ideal es lavarla con abundante agua corriente a temperatura ambiente, acompañada con un poco de solución salina (solo si se dispone de esta sustancia, ya que no es un requisito).

No se recomienda utilizar alguna otra sustancia como agua oxigenada, café, crema dental o cáscaras de plátano, pues no favorecen la cicatrización.

Para tomar la decisión de acudir o no a un servicio médico se deben evaluar factores como la ubicación de la herida y si el sangrado es abundante y no se detiene.

Una vez la herida ha sido lavada, se sugiere acostar a la persona en una posición que pueda levantar sus piernas o brazos para disminuir el retorno sanguíneo.

De inmediato se le debe hacer un torniquete unos centímetros arriba de la herida con cualquier elemento como una venda, un cordón, una prenda de vestir, una sábana u otro elemento que permita hacer un nudo.

Este hay que cerrarlo con cuidado de modo que no se le haga daño a la persona en su piel, pero sí lo suficientemente ajustado para controlar la irrigación de sangre.


2. Después de ser atendidos por el personal médico

Al salir del centro asistencial donde han sido atendidos por su lesión, es normal que los pacientes se retiren a sus casas con dudas respecto al manejo que les deben dar a este tipo de heridas.

La enfermera Bohórquez sugiere lo siguiente:
• Por lo general, las curaciones son aplicadas en dos capas: un apósito que está en contacto con la herida y otra externa con gasas para absorber la sangre en caso de que esta drene. Si esto ocurre, lo ideal es que se cambien las gasas, sin retirar el apósito.
• Las gasas deben ser estériles, en lo posible, para disminuir el riesgo de contaminación de la herida.
• Si en casa no cuentan con gasas, una toalla higiénica es útil para absorber la sangre que drene la herida, si es que esta sobrepasa la capa de gasas y el apósito.
• Si la herida no está drenando y permanece limpia, no es necesario cambiar ninguno de estos elementos de protección hasta la próxima consulta médica de revisión.
• No mojar la curación que les hayan hecho en la entidad de salud. Si por cualquier circunstancia les cae agua, deben secarse de inmediato con una toalla absorbente y con un secador en frío.

Un manejo inadecuado de las heridas puede provocar infecciones que, en casos muy graves, puede desencadenar en una amputación de la extremidad. Hay algunas comorbilidades con enfermedades de base importantes como la diabetes, la insuficiencia arterial o venosa, que pueden generar mayor riesgo cuando ocurre una lesión expuesta.


Artículos sugeridos

Ver más

Calificación:
Nombre:
Email:



Nuevo Mi documento
Nuevo Mi documento