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Se la conoce como la enfermedad del siglo XXI, y puede afectar a cualquier ser humano, sea por asuntos genéticos o, peor, por los malos hábitos que acostumbramos a llevar en nuestra vida cotidiana.

La diabetes, comenta la doctora Zorayda Ramírez, Médica Internista de la Clínica Medellín, es una enfermedad metabólica que se origina en el mal funcionamiento del páncreas, el cual deja de producir insulina o cuando, a nivel periférico, se genera una resistencia a la insulina que impide que esta actúe para reducir los azúcares a los parámetros que el cuerpo necesita.

Dicha resistencia se ocasiona por los malos hábitos alimenticios, en particular por el exceso de carbohidratos simples (el pan tajado, por ejemplo) y complejos (la arepa de maíz), que aumenta el índice glicémico en la sangre. La obesidad también provoca ese rechazo a la insulina.
La diabetes es considerada una enfermedad silenciosa, dice Ramírez, pues no genera síntomas en el paciente, quien puede convivir con ella por años ya que no se entera que la padece.


Cómo se diagnostica

Hay tres maneras:
• Con dos pruebas de glicemias hechas en ayunas que entreguen un resultado de 126 miligramos por decilitro de glucosa en la sangre.
• Una glicemia a cualquier hora del día por encima de 200 mg/dl.
• La hemoglobina glicosilada, que es la prueba más común, un examen de sangre que mide el nivel promedio de glucosa o azúcar en la sangre durante los últimos tres meses.

Este último examen puede presentar tres niveles de resultados:
1. Si el paciente tiene una hemoglobina glicosilada por debajo del 5,7% es un paciente que está bien y hay que ofrecerles recomendaciones de alimentación saludable.
2. Si está entre 5,7% y 6,5&, se le considera como prediabético y hay que hacerle una intervención inmediata de control para disminuir su peso y se le receta la metformina, un hipoglucemiante oral, del grupo de las biguanidas, que ayuda a reducir los niveles de glicemia.
3. Si supera los 6,5%, es diabético.

Una vez se tiene este diagnóstico, la doctora Ramírez explica que se debe revisar qué comorbilidades tiene el paciente: una enfermedad coronaria, antecedentes de enfermedad cerebrovascular, obesidad, fallas cardiacas o renales. Esto determinará el tratamiento a seguir.


Avances en los tratamientos

Hasta hace algunos años, quizá un lustro atrás, los tratamientos incluían el uso de la metformina y la insulina, que era el método más común para mantener el control glicémico, pero tiene el problema de que es anabólica y por tanto genera un aumento de peso, cuando se requiere es lo contrario.

Hoy existen otros métodos, como la Liraglutide, un método de inyección subcutánea en el abdomen con dosis en aumento, que además de reducir el peso no produce hipoglucemias.

Este medicamento, señala la médica internista, actúa de acuerdo a lo que se coma el paciente y según eso actúa para mantener estables los niveles de glicemia.

Otro método es ingerir Empagliflozina en pacientes que presentan fallas cardiacas y retención de líquidos, y ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre.

También, gracias a los avances tecnológicos, los pacientes diabéticos tipo 1 tienen hoy disponible una bomba de insulina que se pone percutánea, es decir a través de la piel. Cuando el paciente se hace la glucometría para ver qué se va a comer y cuántos carbohidratos tienen los alimentos, con la bomba se puede inyectar la cantidad de insulina que necesita.

Existe otro dispositivo que evita que la persona tenga que estar inyectándose, funciona conectado al celular; dura 14 días y mediante una app, se revisa cuánto es el nivel de glucemia en tiempo real y la bomba inyecta la insulina requerida.


Algunos mitos sin justificación

Alrededor de la diabetes existen algunas creencias que la doctora Ramírez ayuda a desmitificar:

• Si usted no es diabético, y se come un dulce, no tiene por qué darle un coma diabético, no crea en ese cuento.
• Culturalmente, la gente le tiene mucha fe a lo natural. Existen dos ramas que muchos pacientes se las mencionan a la doctora: cuerno o cacho de vaca e insulina (sí, igual que la hormona), pero en realidad son dos hierbas sin estudios, que no tienen controlados sus efectos secundarios y algunos pacientes llegan a suspender sus tratamientos científicos sin ninguna justificación científica.
• Si no siente nada, no quiere decir que no pueda estar sufriendo de diabetes. Siempre consulte con un especialista y hágase revisar.


Recomendaciones para los diabéticos

· En lo posible, que realicen al menos 150 minutos de ejercicio a la semana, que pueden ser 30 minutos diarios.

· Que controlen sus hábitos alimenticios, hay que aprender a comer de forma adecuada.

· Que se adhieran al tratamiento médico. La doctora Ramírez describe a los pacientes diabéticos, en general, como “desjuiciados”, pues como a veces no sienten nada, creen que están bien.

Si cumplen estas tres condiciones, van a ser pacientes que tendrán una mejor calidad de vida e, incluso, podrán durar muchos años sin complicaciones.



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