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Almacenar los medicamentos de forma adecuada, adquirir los medicamentos en sitios autorizados, seguir las indicaciones del médico y la fórmula médica serán aspectos claves para la recuperación de la salud.


Los medicamentos constituyen un recurso terapéutico de gran importancia, cuyo uso adecuado es fundamental para proteger, promover y restablecer la salud. No obstante, según detalla Héctor Holguín, químico farmacéutico de la Clínica Medellín, el uso inadecuado de los medicamentos en relación con la adquisición, almacenamiento, prescripción, dispensación y administración de los medicamentos pueden convertirse en un problema para la salud si no se implementan prácticas correctas en su uso.


Conservación adecuada de los medicamentos

El almacenamiento adecuado de los medicamentos es fundamental para que puedan mantener su actividad farmacológica de la forma esperada. Por tanto, no pueden guardarse en cualquier sitio, sino que debe procurarse mantenerlos en lugares secos y frescos (salvo aquellos que requieran condiciones especiales de conservación, como la refrigeración). En cada medicamento se especifica claramente las condiciones particulares de conservación.

En este contexto, no es aconsejable, por ejemplo, guardar los medicamentos en el baño o en la cocina, donde soportan mayor humedad y cambios de temperatura; tampoco en lugares que estén al alcance de los niños, ni bajo cualquier foco directo de luz, radiación o calor (por ejemplo, cerca de equipos eléctricos y electrónicos). También, se recomienda guardar siempre los medicamentos en los envases originales para conservar sus propiedades y evitar confusiones.

Si viaja y tiene que llevar medicamentos de conservación en nevera, tenga prevista la forma de mantener las condiciones para que la temperatura no les afecte.


Riesgos de la automedicación

La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia sin ninguna intervención por parte del médico (ni en el diagnóstico de la enfermedad, ni en la prescripción o supervisión del tratamiento).

La automedicación es un hábito común en nuestra sociedad, pero esto no garantiza que esté exenta de riesgos: utilizamos medicamentos para el dolor de cabeza, para problemas gástricos, para relajarnos, para la tos, para la alergia, etc. Se calcula que entre el 10% y el 30 % de la población se automedica, y de ese porcentaje, el 70% suele ser víctima de reacciones no deseadas.

Es un mal hábito frecuente ir directamente a la farmacia y, sin consultar con el profesional, adquirir un medicamento que requiere fórmula médica, por recomendación de algún conocido para combatir una determinada sintomatología. Cada persona tiene unas determinadas características que el médico tiene en cuenta a la hora de imponer un tratamiento, y en la mayoría de las ocasiones difiere mucho entre un paciente y otro.

La automedicación puede llegar a provocar diferentes problemáticas. Las reacciones adversas o intoxicaciones presentadas dependen del medicamento, pero pueden llegar a ser incluso mortales.

Algunos síntomas presentados frente a la reacción adversa pueden ser leves, desde mareo, dolor de cabeza, náuseas, somnolencia, diarrea, sensación de confusión, hasta reacciones adversas graves como disnea (fatiga), palpitaciones, alteraciones de la visión, síncope (desmayo), reacciones alérgicas, entre otras. La aparición de determinadas reacciones adversas puede ser motivo de consulta médica.


Uso correcto del pastilleros

Hasta ahora nada hacía pensar que los pastilleros pudieran representar un riesgo para la salud, debido a que estos facilitan a los pacientes tomar correctamente su medicación ya que hay diseños que hasta incluyen alarmas para avisar al paciente que es la hora de tomar sus medicamentos, pero los pastilleros también pueden generar riesgos para la salud.

Almacenar las tabletas o cápsulas sin su envoltorio original en pastilleros puede hacer que estas pierdan sus efectos terapéuticos debido a los cambios de temperatura, humedad, contaminación o confusión a los que se puede ver sometidas, incluso los medicamentos almacenados en malas condiciones pueden convertirse en tóxicos y provocar daños en el organismo.

Según explica Héctor Holguín, los pastilleros facilitan la toma de medicamentos conforme al tratamiento prescrito; sin embargo, no se debe cometer el error de retirar la pastilla de su envase original directo; es decir, deben mantenerlo en el blíster y cortarlos por unidades para colocarlos en el día y hora correspondiente. Además, recomienda que quienes utilicen pastilleros anoten el nombre de los medicamentos, dosis y las horas exactas de cada toma, con el fin de evitar confusiones.


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